¿Por qué amamos Figma?
Si estás leyendo este artículo, probablemente ya conocés o habrás escuchado sobre los numerosos beneficios técnicos de Figma (aunque si no es así, te recomiendo que averigües ya mismo). Por lo que mi propósito no es dar detalle de ellos ni exponer un benchmark o una comparación entre precio y calidad con otras herramientas.
Lo que te voy a contar es por qué creo que Figma es un antes y un después para el diseño de productos y servicios digitales. Sus funcionalidades, pero sobre todo su filosofía, la convierten en una de las herramientas más potentes y queridas del mercado
¡Viva la accesibilidad multiplataforma!
Cuando empecé a diseñar productos digitales usaba Windows porque era a lo que tenía acceso y diseñaba con unas versiones no muy legales de Photoshop e Illustrator. Para ese entonces, Sketch ya pisaba fuerte, pero era, y sigue siendo, exclusivo de Mac. XD se asomaba a lo lejos, pero también con Betas exclusivas para Mac.
Simplemente por no tener acceso a un sistema operativo específico no podía agilizar mi proceso de trabajo ni ponerme más en contexto con las herramientas adecuadas para crear productos digitales.
La base de Figma es la web y está hosteado en la nube, por lo que cualquiera puede acceder sin importar el sistema operativo que use.
Si tuviste siempre acceso a un buen hardware y dinero o astucia suficiente como para hacerte de las diferentes herramientas, esto puede parecer un tema menor. Pero si creés (al igual que yo y muchos de mis colegas) en el diseño como una actividad transformadora, no podés dejar de lado la idea de que sea cada vez más accesible.
Hay muchas cabezas, ideas y talento que queda sin poder mostrar su potencial por no ser parte de un ecosistema de productos y hardware de lujo.
Esta herramienta revolucionaria hace un pequeño agujero en uno de los tantos silos que a veces nos envuelve a les designers, el de nuestros privilegios en relación con el acceso a la tecnología.
La colaboración está en el corazón del producto
Las capacidades colaborativas son algo que está relativamente presente en casi todas las herramientas hoy en día. Pero una cosa es cuando un servicio incorpora una funcionalidad después de tener ya varios años de vida en el mercado (como sucedió con Sketch y XD) y otra muy distinta es cuando nace con un propósito colaborativo.
Figma nació para potenciar la colaboración en todos sus aspectos y esto ayuda a transformar la forma en la que diseñamos:
- Cuando trabajamos sin compañía, la comunidad está a un clic de distancia para ayudarnos con sus recursos.
- Si lo hacemos en equipo, tenemos la tranquilidad de estar en el mismo espacio, trabajando sobre el mismo archivo y poder construir con las otras personas.
- En el caso de compartir el trabajo con los stakeholders, es sencillo hacer comentarios y esto permite que la iteración sea mucho más ágil
- Podemos incorporar a les devs desde el inicio en el proceso.
No debería ser un Hands-off sino un Hands-on y Figma lo sabe
Cada vez está más claro que para construir un buen Design System, el equipo de front-end debe estar involucrado desde el día uno en el proyecto. Devs y designers piensan distinto y tienen procesos diferentes. Por lo que es importante saber que el diseño no es un archivo que se le entrega al equipo de desarrollo, sino un documento que se construye en conjunto.
Figma es transparente en este sentido e incorpora la colaboración desde el primer momento: Su filosofía “dev-friendly” es muy sólida. Casi todas las features que se van sumando no solo mejoran el workflow de les designers, sino también el trabajo de quienes desarrollan.
Figma apuesta fuerte a volverse la única fuente de verdad y esto implica hacer foco en la experiencia de inspección del diseño y construir las funcionalidades junto a las necesidades de los equipos de desarrollo.
Revolucionando el aprendizaje
Por todo lo dicho anteriormente, Figma se transforma en un playground magnífico para aprender a diseñar y a diseñar cómo aprender colaborativamente.
Hace ya casi cinco años que tengo la suerte de ser ayudante de cátedra del Taller de Diseño Multimedial I de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) junto a un grupo hermoso de docentes. Y nunca, hasta la llegada de Figma, tuve la posibilidad de estar tan en contacto con el proceso de diseño de les estudiantes de manera tan específica.
“Flotar” en el mismo archivo, ver cómo arman los componentes y los layouts, hacer cambios en conjunto y al mismo tiempo (entre otras cosas) nos permite descubrir qué es lo que no entienden o qué es lo que no explicamos bien. Y sobre todo, nos ayuda a docentes y a estudiantes a evolucionar un montón. Más en este contexto donde la pandemia nos obligó a improvisar una educación a distancia.
En definitiva, “todas son iguales”
Si ya tenés algunos años de experiencia o si sos de los que llegó a trabajar con Flash, sabrás que las herramientas van y vienen. Y que en definitiva algunas son mejores en algo y otras en otra cosa. Según tu trayectoria tendrás tu predilecta. Quizás ni siquiera es una decisión que depende de vos o económicamente “te conviene” una u otra porque ya pagás toda una suite. Al final, con cualquier herramienta podés llegar a más o menos los mismos resultados: Lo que más importa es diseñar algo.
Pero creo que Figma nos impulsa con fuerza a que repensemos los procesos de trabajo en la industria del diseño:
- ¿Cómo sería la colaboración en los programas de diseño si Figma no existiera?
- ¿Cómo sería la integración con el equipo de desarrollo?
- ¿Quiénes tendrían acceso a diseñar?
¡Venite a Figma que la comunidad es más linda que el privilegio de la exclusividad!